Los docentes no deben guiar a los estudiantes con una actitud arrogante de admiración hacia sí mismos, como un modelo de grandeza a la que los estudiantes deben aspirar. Más bien, se debería instar a los niños a superar a sus maestros. Es importante enseñar a los niños a fijar sus ojos en personas mucho más realizadas. La actitud correcta para un docente es la humildad, proponerles a sus alumnos avanzar juntos para conseguir sus metas. Tsunesaburu Makiguchi, 1871-1944, Educador, escritor y filósofo japonés.