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Mostrando las entradas etiquetadas como Tradicional hindú

Vivir en paz...

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Durante el día, deberías comportarte de forma que por la noche pudieras dormir en paz. En tu juventud, deberías comportarte de tal forma que pudieras vivir en paz al llegar a la vejez. Proverbio hindú. 

Sobre Proezas y buenas obras...

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Isla de Ré (F) - Foto Ángel Hosshin   No hay proeza en esta vida que no puedas llevar a cabo. Deberías vivir tu vida como una proeza heroica. Cada vez que te despiertes y te preguntes « ¿Qué buenas obras voy a hacer hoy?», recuerda que, cuando el sol se ponga, se llevará consigo una parte de tu vida. Proverbio hindú.

Sigue caminando...

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No te quedes atrás recogiendo flores para luego guardarlas; sigue caminando, que las flores seguirán naciendo en todo tu camino. RabindranathTagore.
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Para el incontrolado no hay sabiduría, ni existe el poder de la concentración para el que no tiene control; y para el que no tiene concentración no existe la paz. Y, para el que no conoce la paz, ¿como puede haber felicidad?. Bhagavad Gita.

Empatia.

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Camina un rato con mis zapatos. Proverbio hindú. “Las tres cuartas partes de las miserias y malos entendidos en el mundo  terminarían si las personas se pusieran en los zapatos de sus adversarios  y entendieran su punto de vista” Mahatma Gandhi

Corazón en paz.

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El corazón en paz ve una fiesta en todas las aldeas. Proverbio hindú.

Sutil atadura.

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Engarza en oro las alas del pájaro y nunca más volará al cielo. Rabindranath Tagore (1861-1941) .

Los vientos favorables...

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Los vientos favorables siempre soplan, pero tú tienes que izar las velas. Tradicional hindú

Los dos brazaletes.

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Govinda, el gran predicador Sikh, leía las escrituras sentado en una roca cerca de un torrente. Raghunath, su rico discípulo, se inclinó ante él y depositó, como ofrendas, dos hermosos brazaletes de oro adornados de piedras preciosas. Govinda cogió un brazalete y lo hizo girar entre sus dedos. De repente la joya resbaló de su mano, rodó por la roca y desapareció en los remolinos de la rápida corriente. Raghunath lanzó un grito y saltó al torrente. Buscó el brazalete mucho tiempo, mientras Govinda leía las escrituras. El día se apagaba cuando finalmente el discípulo, cansado y empapado, subió por la orilla. - Si me pudieses indicar dónde ha caído,  le dijo a su maestro, seguro que podría encontrarlo. Entonces Govinda cogió el segundo brazalete y lo tiró a los remolinos del agua, mientras decía: - ¡Ha caído allí!   Rabindranath Tagore (1861-1941) .

El árbol Kalpataru.

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En el cielo hindú existe un árbol llamado Kalpataru (o árbol de los deseos). Un cansado viajero llegó por azar y se sentó debajo del árbol. - "Estoy tan hambriento -pensó- que sí hubiera alguien por aquí le pediría comida"  En ese momento la comida se materializó delante de el. Cuando hubo comido le entró el sueño, y pensó: -"Sí hubiera una cama aquí..." Y la cama apareció. Pero tumbado en la cama comenzó a pensar: - "¿Que está sucediendo? No veo a nadie, pero la comida y la cama han aparecido. ¡Aquí hay fantasmas!" De repente aparecieron los fantasmas. Entonces se asustó y pensó: -"Ahora me matarán" ¡Y lo mataron! En la vída es igual: Sí piensas en fantasmas, aparecerán. Si piensas en enemigos, los tendrás. Sí piensas en amigos aparecerán. Sí odias, el odio brotará. Sí amas, el amor surgirá a tu alrededor.

Una moneda valiosa.

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Cuando llegaron al borde del río, el maestro arrojó una moneda de oro al fondo. El discípulo, creyendo que se trataba de un manantial de los deseos, se dispuso a hacer lo mismo, pero la mano del sabio detuvo su acción: -Nunca olvides que existen cuatro cosas en la vida que jamás se recuperan: La piedra, después de arrojada. La palabra, después de proferida. La ocasión, después de perdida. El tiempo, después de pasado. Durante un tiempo, ambos callaron y vieron pasar el agua, un agua que nunca más volvería... El discípulo, inmerso en este pensamiento, se atrevió a romper el silencio: -¿Por qué ha arrojado algo tan valioso al río, maestro? No le veo sentido… -Para que recuerdes que esta lección no tiene precio. –contestó el sabio.

Viento y árboles.

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No hay árbol que el viento no haya sacudido. Proverbio hindú.
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Del mundo de los sentidos provienen el calor y el frío, el placer y el dolor; unos y otros son efímeros y accidentales, van y vienen. Sobreponte a ellos con valentía. Bhagavad Gita.

Luchando a espada.

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Deberiamos parar las estocadas de los sufrimíentos mentales y atacarlas con la misma dureza que si estuviéramos luchando a espada contra un diestro enemigo. Shantideva (Siglo VII), India.

Luz interior.

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"Hay una luz que brilla más alla de todas las cosas de la tierra, más alla de todos nosotros y más alla del propio cielo. Es la luz que brilla en nuestros corazones" Upanishads

Procura que tus palabras...

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Cuando hables, procura que tus palabras sean mejores que el silencio. Proverbio hindú. Toda nuestra atención tiene que estar concentrada en aquéllo que nos están explicando. La respuesta debe ser coherente con lo que se está tratando, ya que de lo contrario la conversación se reduce a una serie de turnos en los que cada uno impone su discurso.

El escondite seguro.

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Hubo un tiempo en el que todas las personas eran dioses. Pero cometieron tantos abusos y desórdenes con sus poderes ilimitados, que Brahma decidió quitarles el poder divino y esconderlo en un lugar donde no pudieran encontrarlo. A tal fin Brahma convocó a sus dioses ayudantes para que le ayudasen a buscar un escondite seguro. -Enterremos la divinidad del hombre en un barranco perdido. -No porque el hombre excavará y la encontrará- respondió Brahma. -Pues atemos la divinidad a una gran piedra y la lanzaremos al océano más profundo- dijeron los dioses. -No porque algún día el hombre explorará el fondo de los océanos y la recuperará. -Entonces no sabemos dónde esconderla para que no sea encontrada- concluyeron, abatidos. Entonces Brahma dijo: -Ya sé que hacer con la divinidad humana. La esconderemos en lo más profundo de cada persona, pues será el único lugar en el que nadie pensará buscar.

Ego traicionero.

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Un asceta habia conseguido, tras muchos años de mortificaciones, contar con el don de la ubicuidad. Siendo ya muy anciano un día acudio el emisario de la Muerte para llevárselo. El asceta, con sus dotes clarividentes intuyó al emisario y cuando iba  a llegar, se desdobló en veinte formas iguales. El emisario, desconcertado, no sabía cual era la real y se marchó. Le contó lo sucedido al señor de la Muerte, que le dió unas instrucciones al oido. Dias despues el emisario volvió a donde estaba el asceta. Cuando llegó ante el, ya se había desdoblado nuevamente en veinte formas iguales. Entonces el emisario, siguiendo las instrucciones del señor de la Muerte, exclamó: -¡Muy bien, muy bien, pero que muy bien!. Esto es fantastico, pero hay un pequeño fallo. Entonces, herido en lo más profundo de su orgullo, el asceta preguntó: -¿Cual? Y entonces el emisario lo cogió y se lo llevó al reino de la Muerte.

Cierra los oidos.

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Un anciano y un niño viajaban con un burro. Caminaban al lado del jumento cuando atravesaban un pueblo. Un grupo de niños se rió de ellos gritando: - ¡Mirad qué par de tontos! Tienen un burro y van los dos andando. Por lo menos el viejo podria subirse a él. Entonces el anciano se subió al burro y ambos siguieron la marcha. Al pasar otro pueblo, algunas personas se indignaron al ver al viejo sobre el burro y dijeron: - Parece mentira. El viejo cómodamente sentado en el burro y el pobre niño caminando. Viejo y niño intercambiaron sus puestos. Al llegar a la siguiente aldea, la gente comentó: - ¡Esto sí que es intolerable! El muchacho sentado en el burro y el pobre anciano caminando a su lado. Puestas así las cosas, el viejo y el niño se subieron al burro. Poco después venían un grupo de campesinos por el camino. Les vieron y les dijeron: - ¡Es vergonzoso lo que hacéis! Vais a reventar al pobre animal. El viejo y el niño tomaron la determinación de cargar al burro sobre sus hombros, p...

¿Quien soy yo?

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Recuerda que tú eres al mismo tiempo, el conductor, el pasajero, el vehículo y el camino. Proverbio hindú.