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Mostrando entradas de septiembre, 2011

Sube a las montañas...

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Sube a las montañas y escucha sus buenas noticias. La paz de la naturaleza se verterá dentro de ti como se vierte el sol sobre los árboles. Los vientos te bañarán con su frescor... mientras caen una a una las preocupaciones, como hojas en otoño. John Muir  ( Dunbar-Escocia 1838 – Los Ángeles-EEUU 1914 ). Escritor y publicista prolífico, escribe más de 300 artículos y 10 libros, donde narra sus viajes y exploraciones. Estas publicaciones le proporcionan un importante tribuna para exponer y defender su filosofía sobre la naturaleza, la vida salvaje y la preservación de los grandes espacios, consiguiendo un notable impacto en la sociedad de su época.

Sonreír.

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Si podemos sonreír en nuestra vida cotidiana, si podemos sentirnos alegres y en paz, nos beneficiará a nosotros mismos, pero también a los demás. Thich Nhat Hanh  - Maestro zen - (Vietnam 1926-Francia ).

Montañas y nubes.

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En presencia de la eternidad las montañas son tan fugaces como las nubes. Robert Green Ingersoll (1833-1899).

Sin vacilación.

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Hagas lo que hagas, hazlo con todas tus fuerzas. Cicerón (106-43 a.e.c.) Jurista, político, filósofo, escritor y orador romano. Cuando te sientes, siéntate. Cuando estés de pie, estate de pie. ¡Pero no vaciles! Dicho zen.

Una lección sin precio.

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Cuando llegaron al borde del río, el maestro arrojó una moneda de oro al fondo. El discípulo, creyendo que se trataba de un manantial de los deseos, se dispuso a hacer lo mismo, pero la mano del sabio detuvo su acción: -Nunca olvides que existen cuatro cosas en la vida que jamás se recuperan: La piedra, después de arrojada. La palabra, después de proferida. La ocasión, después de perdida. El tiempo, después de pasado. Durante un tiempo, ambos callaron y vieron pasar el agua, un agua que nunca más volvería... El discípulo, inmerso en este pensamiento, se atrevió a romper el silencio: -¿Por qué ha arrojado algo tan valioso al río, maestro? No le veo sentido… -Para que recuerdes que esta lección no tiene precio. –contestó el sabio.

Los dos brazaletes.

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Govinda, el gran predicador Sikh, leía las escrituras sentado en una roca cerca de un torrente. Raghunath, su rico discípulo, se inclinó ante él y depositó, como ofrendas, dos hermosos brazaletes de oro adornados de piedras preciosas. Govinda cogió un brazalete y lo hizo girar entre sus dedos. De repente la joya resbaló de su mano, rodó por la roca y desapareció en los remolinos de la rápida corriente. Raghunath lanzó un grito y saltó al torrente. Buscó el brazalete mucho tiempo, mientras Govinda leía las escrituras. El día se apagaba cuando finalmente el discípulo, cansado y empapado, subió por la orilla. - Si me pudieses indicar dónde ha caído,  le dijo a su maestro, seguro que podría encontrarlo. Entonces Govinda cogió el segundo brazalete y lo tiró a los remolinos del agua, mientras decía: - ¡Ha caído allí!   Rabindranath Tagore (1861-1941) .

Atados sin cuerda.

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Una larga caravana de camellos avanzaba por el desierto hasta que llegó a un oasis y los hombres decidieron pasar allí la noche. Conductores y camellos estaban cansados y con ganas de dormir, pero cuando llegó el momento de atar a los animales, se dieron cuenta de que faltaba un poste. Todos los camellos estaban debidamente estacados excepto uno. Nadie quería pasar la noche en vela vigilando al animal pero, a la vez, tampoco querían perderlo. Después de mucho pensar, uno de los hombres tuvo una buena idea. Fue hasta el camello, cogió las riendas y realizó todos los movimientos como si atara el animal a un poste imaginario. Entonces, el camello se sentó, convencido de que estaba fuertemente sujeto y todos se fueron a descansar. A la mañana siguiente, desataron a los camellos y los prepararon para continuar el viaje. Sin embargo había un camello que no quería ponerse en pie. Los conductores tiraron de el, pero el animal no quería moverse. Finalmente, uno de los hombres entendió el porqu

Disfruta de las pequeñas cosas.

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Disfruta de las pequeñas cosas, porque tal vez un día vuelvas la vista atrás y te te des cuenta de que eran las cosas grandes. Robert BRAULT Escritor estadounidense.

Naturaleza...

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"Todas las personas necesitan de la belleza como del pan, un lugar donde disfrutar y meditar. Es la naturaleza que cura y da fuerzas al cuerpo y el alma". John Muir ( Dunbar-Escocia 1838 – Los Ángeles-EEUU 1914 ).

Contemplando las nubes.

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Ishi o makura ni kumo no yukue o. Con una piedra por almohada (contemplo) el cuso de las nubes. Daigu RYOKAN (1758-1831).