El tesoro.

¿Quién de nosotros se encargará de alimentar a los hambrientos?" -preguntó el señor Buddha a sus discípulos, cuando el hambre se abatía sobre Shravasti.
Ratnakar, el banquero, inclinando la cabeza, dijo:
-"Una fortuna mucho más grande que la mía sería necesaria para alimentar a los hambrientos."
Jaysen, jefe de los ejércitos del rey, dijo:
-"Gustoso daría mi sangre y mi vida, pero no hay alimento suficiente en mi casa."
Dharmapal, que poseía grandes dehesas, musitó:
-"El dios de los vientos arrasó mis campos y ni siquiera sé cómo podré pagar los impuestos del rey."
Entonces Supriya, la hija del mendigo, se levantó. Humildemente se inclinó ante la asamblea, diciendo:
-"Yo alimentaré a todos esos miserables."
-"¿Y cómo? -exclamaron todos sorprendidos~. ¿Cómo esperas cumplir tu promesa?"
-"Soy entre todos la más pobre -dijo Supriya-, y ésa es mi fuerza. Mi tesoro y mi abundancia los buscaré
a vuestras puertas. Como nada tengo que abandonar, allí clamaré que se os ablanden las entrañas."
Rabindranath Tagore (1861-1941).

Entradas populares de este blog

Aka-tonbo (Libélula roja).