¿Nunca os habéis preguntado por qué los búhos duermen de día y salen a cazar de noche? Pues este cuento os explica la razón de este comportamiento. Hace mucho, mucho tiempo, había un búho que trabajaba de tintorero. Todos los pájaros acudían a él para que tiñera sus plumas de los colores más inverosímiles. El búho era tan bueno en su trabajo, que todos los pájaros estaban encantados con él. Todos excepto el cuervo, que estaba tan orgulloso de su plumaje blanco inmaculado que despreciaba su trabajo. Pero un día, cansado de tanto blancor, el cuervo se acercó al búho y le dijo: - Tiñe también mis plumas, pero de un color único, nunca visto en un ave. El búho pensó mucho antes de decidir qué color usar y, finalmente, se decidió por el negro. - Ahora tus plumas son de un color como no se ha visto antes en el cielo - dijo el búho después de haber terminado su trabajo. Cuando el cuervo se dio cuenta de que sus plumas eran totalmente negras, como si estuviera cubierto de hollín de la cabez...
En mis momentos más árduos, más tristes, es cuando acude Santoka a mi puerta. La frecuencia con que se pasea últimamente por aquí me da que pensar. Muchos ánimos y gracias por tu tarea Ángel.
ResponderEliminarYo también tengo mis "momentos Santoka".
EliminarÁnimo también para ti. Me encanta compartir este rincón con todos los que teneis la amabilidad de visitarlo.
Un abrazo.
Cuantas interpretaciones se dan en este bello haiku, cruzas el puente y estás en casa...casa física, casa de luz.
ResponderEliminarUn abrazo Ángel Santoka siempre me llega.
Casa física, casa de luz..., buena observación.
EliminarGracias amiga.
Si... largo puente de ida y vuelta... porque salimos de casa en busca de esa misma casa... ja!!
ResponderEliminarY el circulo se cierra...
EliminarGracias, Gorka.