Hay que aprender a soportar lo que no es posible evitar. Igual que la armonía del mundo se compone de cosas contrarias, así también nuestra vida se compone de tonos diversos: suaves y ásperos, agudos y graves, livianos y solemnes. Un músico que solamente amara los de una clase ¿qué podría expresar? Tiene que saber utilizarlos conjuntamente y mezclaros. Y nosotros hemos de hacer lo mismo con los bienes y los males, que son consustanciales a nuestra vida. Nuestro ser no puede subsistir sin esa mezcla, y en ella un aspecto no es menos necesario que el otro. Extracto de “Ensayos” de Montaigne (Libro III, Capítulo XIII. De la experiencia). Michel de Montaigne, filósofo, escritor, humanista y moralista francés, 1535-1592
Así es. Ante los árboles centenarios siente el hombre su fragilidad y ante cualquier árbol escuchar su canción. Yo abrazo algunos, acaricio su corteza y encuentro la paz en su canción.
ResponderEliminarSaludos.
Ante los árboles centenarios y ante las humildes flores...
EliminarGracias Fanny.
... ¡Detente! ¡Detente! ¡Mírame! La vida no es fácil, la vida no es difícil.
ResponderEliminarHermann Hesse. Los árboles (El Caminante,1929). Gracias, Ángel.
La vida no es fácil, la vida no es difícil...
EliminarLas cosas son como son.
Gracias Anónim@.
Hermosa reflexión sobre los árboles.
ResponderEliminarLa belleza es singular, la fuerza de la vida múltiple.
Vivamos.
Vivamos respetando al máximo a toda la naturaleza. Toda: animada e inanimada.
EliminarGracias, Pilar. Un fuerte abrazo.