Un yeti permanecía junto a la entrada de una madriguera de marmotas, esperando la salida de alguna de ellas. Cuando salió la primera, el yeti la cogió y se sentó sobre ella a la espera de que saliera otra, porque quería coger muchas. Cuando salió otra marmota, el yeti se abalanzó sobre ella y la cogió y en el momento en que fue a sentarse encima de ella, la primera se le escapó. Y, cuando apareció la tercera, el yeti saltó de nuevo sobre ella, con lo cual se le escapó la segunda.... Vieja historia tibetana. Nos pasamos la vida atrapando marmotas y dejándolas escapar, hasta que nos damos cuenta de que la madriguera se ha quedado vacía.