Hay que aprender a soportar lo que no es posible evitar. Igual que la armonía del mundo se compone de cosas contrarias, así también nuestra vida se compone de tonos diversos: suaves y ásperos, agudos y graves, livianos y solemnes. Un músico que solamente amara los de una clase ¿qué podría expresar? Tiene que saber utilizarlos conjuntamente y mezclaros. Y nosotros hemos de hacer lo mismo con los bienes y los males, que son consustanciales a nuestra vida. Nuestro ser no puede subsistir sin esa mezcla, y en ella un aspecto no es menos necesario que el otro. Extracto de “Ensayos” de Montaigne (Libro III, Capítulo XIII. De la experiencia). Michel de Montaigne, filósofo, escritor, humanista y moralista francés, 1535-1592
Gracias Angel, ya lo creo que es para reflexionar......
ResponderEliminarYo me imagino aún , ese Japón limpio, seguro lleno de poesía.....
No sé si lo conoceré algún dia, me gustaría
Feliz noche Ängel
Leyendo esta entrada sobre Fukusima me he acordado de una frase de Albert Einstein: "No hay mayor signo de locura que esperar a que las cosas cambien haciendo siempre lo mismo"
ResponderEliminarQuizás debamos empezar a cambiar, a empezar esa peregrinación, aunque sea "solamente" en el interior de nuestro corazón.
Un fuerte abrazo.
Interesante publicación, y sin dudas que ese cambio interior al que aludes es el único posible...lo demás será siempre "más de lo mismo".
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Delia. Con pequeños, pero constantes, gestos se logran los grandes cambios.
ResponderEliminarUn abrazo.