¿Temer a la muerte?
Las personas que odian la muerte deberían amar la vida. ¿Como es posible que los hombres no se alegren cada día por el placer de estar vivos? Los hombres necios, olvidando ese placer, buscan otros laboriosamente; olvidan la riqueza que poseen y arriesgan su vida espoleados por su codicia y su afán de otras riquezas. Pero sus deseos nunca quedan satisfechos; mientras viven no se regocijan por el hecho de estar vivos, pero, al enfrentarse a la muerte, la temen. ¿Puede haber algo más ilógico?
La gente no disfruta de la vida porque no teme a la muerte. Aunque no; no es que no teman a la muerte, más bien olvidan cuán cercana está. Pero si un hombre se declara indiferente a distinciones externas tales como la vida y la muerte, sin duda se podría decir de él que ha sabido captar los principios auténticos.
Fragmento de "Ensayos sobre la Ociosidad" (Tsurezuregusa)
Yoshida Kenkô, 1283-1352, escritor japonés, monje budista.
La gente no disfruta de la vida porque no teme a la muerte. Aunque no; no es que no teman a la muerte, más bien olvidan cuán cercana está. Pero si un hombre se declara indiferente a distinciones externas tales como la vida y la muerte, sin duda se podría decir de él que ha sabido captar los principios auténticos.
Fragmento de "Ensayos sobre la Ociosidad" (Tsurezuregusa)
Yoshida Kenkô, 1283-1352, escritor japonés, monje budista.
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