... el ruido de mi bastón.

Este viejo cuerpo usado
ha visto tantas generaciones de flores,
en esta ermita abandonada.
En la primavera, si aún estoy vivo,
volveré a veros.
¡Escuchad entonces
el ruido de mi bastón!

Daigu RYOKAN (1758-1831).

Comentarios

  1. Muy hermoso, sí. Hemos visto tantas generaciones de flores y de pájaros...
    El anterior poema, el del mirlo, también especial.
    Saludos, Ángel.

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