"No es la experiencia del día de hoy lo que vuelve locos a los hombres. Es el remordimiento por algo que sucedió ayer, y el miedo a lo que nos pueda traer el mañana".
"Golden Day" ( El día dorado). Robert Jones Burdett (1844-1914)
A lo largo de la vida, las dos emociones más inútiles son la culpabilidad por lo que se ha hecho y las preocupaciones por lo que se podría hacer.
Angel,desde mi punto de vista,has compartido una gran verdad, si aprendiéramos a domesticar estas emociones, o aunque solo fuera a minimizarlas, seriamos mas felices. Gracias por tu trabajo en en el blog, las fotos, las frases... siempre aportas belleza y verdad. un abrazo-
Minimizarlas ya sería un gran paso y domesticarlas sería una gran felicidad; al menos la felicidad tal y como algunos la entendemos.¿N´es-ce pas? Muchas gracias por tus comentarios. Son un estímulo. Nos vemos pronto. Un fuerte abrazo.
En el cielo hindú existe un árbol llamado Kalpataru (o árbol de los deseos). Un cansado viajero llegó por azar y se sentó debajo del árbol. - "Estoy tan hambriento -pensó- que sí hubiera alguien por aquí le pediría comida" En ese momento la comida se materializó delante de el. Cuando hubo comido le entró el sueño, y pensó: -"Sí hubiera una cama aquí..." Y la cama apareció. Pero tumbado en la cama comenzó a pensar: - "¿Que está sucediendo? No veo a nadie, pero la comida y la cama han aparecido. ¡Aquí hay fantasmas!" De repente aparecieron los fantasmas. Entonces se asustó y pensó: -"Ahora me matarán" ¡Y lo mataron! En la vída es igual: Sí piensas en fantasmas, aparecerán. Si piensas en enemigos, los tendrás. Sí piensas en amigos aparecerán. Sí odias, el odio brotará. Sí amas, el amor surgirá a tu alrededor.
No creo que para escribir sea necesario ir a buscar aventuras. La vida, nuestra vida, es la única, la más grande aventura. El empapelado que vimos en nuestra infancia, un árbol al atardecer, el vuelo de un pájaro, aquel rostro que nos sorprendió en el tranvía, puedan ser más importantes para nosotros que los grandes hechos del mundo. Prosas apátridas Julio Ramón Ribeyro, escritor peruano, 1929-1994
Angel,desde mi punto de vista,has compartido una gran verdad, si aprendiéramos a domesticar estas emociones, o aunque solo fuera a minimizarlas, seriamos mas felices. Gracias por tu trabajo en en el blog, las fotos, las frases... siempre aportas belleza y verdad. un abrazo-
ResponderEliminarMinimizarlas ya sería un gran paso y domesticarlas sería una gran felicidad; al menos la felicidad tal y como algunos la entendemos.¿N´es-ce pas?
ResponderEliminarMuchas gracias por tus comentarios. Son un estímulo.
Nos vemos pronto. Un fuerte abrazo.