Animarse animando.

Un discípulo le pregunta a su maestro:
Maestro, estoy muy desanimado ¿Que puedo hacer?
El maestro le responde sin titubear:
¡Anima a los demás!

Vieja historia zen.

En vez de entrar en el circulo vicioso del desánimo ¡actuemos!
En nuestra forma de apoyar a otros descubriremos muchos recursos internos y claves para nuestra propia motivación.

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