Libélulas rojas.
Cierto día, Bashô y Kikaku -su discipulo- iban paseando por el campo y se quedaron mirando las libélulas que revoloteaban por el aire. En ese momento, el discipulo compuso este haiku:
¡Libélulas rojas!
Quitales las alas
y serán vainas de pimienta.
El maestro respondió: No. De ese modo has matado a las libélulas. Dí más bien:
¡Vainas de pimienta!
Añádeles alas
y serán libélulas.
Vivificar la naturaleza, no destruirla, esa era la vocación poética y vital de Bashô.
Haiku de las cuatro estaciones
Matsuo BASHÔ (1644-1694).
Libros de los Malos Tiempos. Miraguano Ediciones. Madrid 1986.
Hola Angel:
ResponderEliminarBenditos sean esos paseos de Basho por el campo, cuánta sabiduría y poesía nos dejaron!.
Un abrazo.
Pondremos magia en las palabras y crecerán alas
ResponderEliminarAgur bero bat Angel
Unificado con la naturaleza, incansable viajero, Basho experimento la soledad, el frio, el desaliento y de todo ello supo extraer la fuente de su inspiración.
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