No creo que para escribir sea necesario ir a buscar aventuras. La vida, nuestra vida, es la única, la más grande aventura. El empapelado que vimos en nuestra infancia, un árbol al atardecer, el vuelo de un pájaro, aquel rostro que nos sorprendió en el tranvía, puedan ser más importantes para nosotros que los grandes hechos del mundo. Prosas apátridas Julio Ramón Ribeyro, escritor peruano, 1929-1994
No importa si llego o no , sigo subiendo, descansando y disfrutando del trayecto, hasta mi equipaje se hace ligero, soy ese caracolito
ResponderEliminarUn cálido abrazo amigo
Trocito a trocito, sin meta, adelante, adelante, caracolito...
ResponderEliminarUn abrazo grande Arianna.
Como leí de una amiga no hace mucho tiempo: "Nunca temas ir despacio, sólo teme no avanzar". _/\_ Gasshö
ResponderEliminarAsí es Ermitaño. Cuantos caminos abandonamos o no empezamos.
ResponderEliminarUn abrazo.