Luz de Asia.
El autor supo interpretar la epopeya de uno de los mayores personajes que ha dado la historia de la humanidad y transmitirla a sus compatriotas utilizando para ello el más depurado lenguaje poético. Hermosa y emotiva visión de la gesta espiritual del Budha en busca de la Verdad y el Amor entre todos los seres humanos.
-Fragmento-
Hermanos, los libros dicen bien: la vida de cada ser humano, producto es de sus vidas anteriores; Los errores de antaño, en males convertidos, a atormentarnos vuelven; y los bienes que hicimos, son nuestro bien ahora. Lo que sembramos, eso cosecharemos. ¡Ved los campos! Lo que hoy es sésamo, sésamo fuera anteriormente; y el maíz, maíz. ¡Y las tinieblas y el Silencio por siempre lo supieron! El destino del hombre así se forja: Lo que en vidas pasadas sembró -sea maíz o sésamo- es lo que viene a recoger más tarde; si sembró malas hierbas y plantas venenosas él mismo morirá de su ponzoña. Si con acierto laboras, arrancando cizañas, y, en su lugar, buenas semillas siembras, limpio será tu campo, bello y fértil, y espléndida cosecha ha de ofrecerte; Pero la Ley la espada vuelve contra aquel que la usó; y el juez injusto ata él mismo las manos del que pudiera defenderle; la lengua que mintió, de su mentira muere; y el ladrón y asaltante luego ha de ser robado y asaltado. Tal es la Ley, que lo que es recto continuamente restablece, y que nadie puede violar impunemente: Del Amor nace, y la Paz es su objeto y la más dulce Consumación ¡Obedecedla!
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