Hay que aprender a soportar lo que no es posible evitar. Igual que la armonía del mundo se compone de cosas contrarias, así también nuestra vida se compone de tonos diversos: suaves y ásperos, agudos y graves, livianos y solemnes. Un músico que solamente amara los de una clase ¿qué podría expresar? Tiene que saber utilizarlos conjuntamente y mezclaros. Y nosotros hemos de hacer lo mismo con los bienes y los males, que son consustanciales a nuestra vida. Nuestro ser no puede subsistir sin esa mezcla, y en ella un aspecto no es menos necesario que el otro. Extracto de “Ensayos” de Montaigne (Libro III, Capítulo XIII. De la experiencia). Michel de Montaigne, filósofo, escritor, humanista y moralista francés, 1535-1592
Muy hermosa forma de explicarlo.
ResponderEliminarun abrazo Ángel
¿Verdad que sí?. Muchos caminos, pero al final la luna (la iluminación).
EliminarGracias Xaro.
A veces veo dos lunas que se acompañan
ResponderEliminarabrazos Ängel
Arianna: La vegetación (el día a día) hace que muchas veces no nos veamos aunque estemos transitando por caminos que se entrecruzan. A veces nos divisamos a lo lejos y por breves instantes. Seguimos subiendo, poco a poco, a esa cumbre desde la que podamos contemplar, sin obstáculos, la luna.
EliminarUn gran, gran abrazo.
Precioso....
ResponderEliminarGracias, Gorka. Me estaba acordando de ese haiku de Issa:
EliminarAl Fuji subes,
despacio, pero subes
caracolito.
Un abrazo.