Pregúnteselo a mí caballo.


Se cuenta que un jinete corría sobre su caballo dando vueltas por el campo. Un campesino, que veía como el jinete pasaba una y otra vez junto a la finca en la que trabajaba, le preguntó: "Pero buen hombre ¿a donde quiere ir?". El jinete respondió: "No lo sé. A mí no me lo pregunte, pregúnteselo a mi caballo."

En mucha ocasiones tambien a nosotros nos ocurre lo que a ese jinete. Corremos apresurados por la vida sin saber muy bien a donde vamos. Nos movemos deprisa, sí; pero para ir a lugares que otros nos marcan.
Más que movernos nos mueven y nos llevan a lugares que en el fondo no hemos elegido.

Comentarios

  1. Buenas Noches Angel
    Me alegra volver a encontrarte, y seguir tus entradas
    El comentario que haces resume perfectamente la pequeña historia
    Hay que parar y averiguar si la dirección que llevamos es la adecuada y la que nos dicta el corazón
    Abrazos de nuevo

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  2. Hola Arianna. Pensaba haberte enviado un email mañana para saber de tí. Me alegra mucho encontrarte de nuevo. Un fuerte abrazo.

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  3. que bueno.. :) hemos de tomar las riendas, verdad? o si el caballo forma parte de lo que somos,, alguna vez dejarnos llevar por el instinto jeje.. graciasss, un beso muuy grande

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  4. Dejar sueltas las riendas, y que el caballo nos lleve por su camino, puede ser positivo sí somos conscientes de ello y es por poco tiempo. Lo malo es cuando nos abandonamos o no somos conscientes. Un abrazo.

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