En una ocasión un primer ministro fué a visitar a un maestro zen. Le preguntó : -Roshi, ¿Como explicaría el egoismo?. El rostro del maestro se tornó súbitamente azul. Y le dijo al primer ministro, de manera arrogante y desdeñosa: -Pero, ¿que es lo que preguntas, pedazo de estúpido?. Esta inesperada respuesta sacudió fuertemente al primer ministro, tanto que la rabia transformó su rostro. El maestro sonrió y dijo: -Excelencia, eso es egoismo. El maestro no pierde el tiempo en explicaciones ní teorías. Directamente se limita a "clavarle el clavo en la cabeza".
Muy cierto.
ResponderEliminarA mi casi siempre se me escapa el volumen.
EliminarUn abrazo, Karin.
Me parece que en muchas personas la subida de volumen hace relación a la impaciencia. O al afán. Así lo observo en mí y en otros. Afán de decir o de ser escuchados.
ResponderEliminarL.
Afán, impaciencia, inseguridad, protagonismo, prepotencia...
Eliminar¿Cuestión de Ego, finalmente?
Gracias, Anónim@?
Gracias por los interrogantes señor, Ángel. Creo que razonar bien o, intentar hacerlo, requiere traspasar límites de nuestros egos. Más aún lo requiere la actitud dialogante. Y, que los límites están siempre y la posibilidad de ir más allá de ellos o, incluso,de deshacerlos.
EliminarExcuse, por favor, el uso 'anónimo';soy Louise.
Gracias Louise por tus comentarios. Nuestros egos siempre por ahí, bien en primera fila o, peor aun, agazapados.
EliminarPor favor no me trates de Usted o de señor o el ego me puede "engordar". Llámame Ángel, sin más.
Un abrazo.
Muchas gracias, aprecio sus reflexiones.
EliminarMuy simpático ésto de "engordar" el ego...
:)
Abrazo.
Algunos tiene sorda el alma ! cariños
ResponderEliminarGracias Bibi. Sordera del alma... sí.
Eliminar¡¡¡Feliz año Ángel !!! que sea un año pleno en el sendero de los hks.
ResponderEliminarGracias Bibi! que tengas un feliz año y que crees muchos, muchos. Yo, como me falta la musa, seguiré recreándome con los viejos maestros.
EliminarUn abrazo!