En una ocasión un primer ministro fué a visitar a un maestro zen. Le preguntó : -Roshi, ¿Como explicaría el egoismo?. El rostro del maestro se tornó súbitamente azul. Y le dijo al primer ministro, de manera arrogante y desdeñosa: -Pero, ¿que es lo que preguntas, pedazo de estúpido?. Esta inesperada respuesta sacudió fuertemente al primer ministro, tanto que la rabia transformó su rostro. El maestro sonrió y dijo: -Excelencia, eso es egoismo. El maestro no pierde el tiempo en explicaciones ní teorías. Directamente se limita a "clavarle el clavo en la cabeza".
Hay quien mira al otro y ve un no-yo, y hay quien mira al otro y ve un otro-yo. Estos últimos son los que pueden sostener, apoyar y, acaso, salvar nuestra "humanidad".
ResponderEliminarDecía Sócrates que no puede haber virtud sin conocimiento. Cuanto más sepamos (de cualquier hecho) mejor actuaremos.
Un abrazo.
Hola Pilar.
ResponderEliminarGracias por tu comentario. Es para leerlo despacio y con reflexión. Así lo haré.
Un abrazo.