Hay que aprender a soportar lo que no es posible evitar. Igual que la armonía del mundo se compone de cosas contrarias, así también nuestra vida se compone de tonos diversos: suaves y ásperos, agudos y graves, livianos y solemnes. Un músico que solamente amara los de una clase ¿qué podría expresar? Tiene que saber utilizarlos conjuntamente y mezclaros. Y nosotros hemos de hacer lo mismo con los bienes y los males, que son consustanciales a nuestra vida. Nuestro ser no puede subsistir sin esa mezcla, y en ella un aspecto no es menos necesario que el otro. Extracto de “Ensayos” de Montaigne (Libro III, Capítulo XIII. De la experiencia). Michel de Montaigne, filósofo, escritor, humanista y moralista francés, 1535-1592
Siiii!!.
ResponderEliminarllevo días queriendo escribir algo en mi blog, una especie de requiem para lo ocurrido en Japón... y he tropezado con este blog tan bonito y tan "zen": gracias. Las citas que escoge me inspirarán... Merci. El dolor ajeno no debería dejarnos nunca indiferentes, hay algo de "trascendental" sin duda en el modo en el que los japoneses miran cara a cara al sufrimiento
ResponderEliminarGracias Gorka, gracias Isbelle.
ResponderEliminarEl dolor ajeno no nos debería dejar indiferentes, pero nuestro egoismo...
Para muchos japoneses, como para muchos orientales, las adversidades y la muerte son consustanciales con la vida, herencia del budismo y en especial del zen...
Un abrazo a ambos.
No se puede pedir más .....que grandioso!!!
ResponderEliminarAntes y después siempre el cielo se ilumina
Feliz noche Angel
Muchas gracias Arianna, de corazón.
ResponderEliminarUn abrazo.