Combate del Te.

Una vez, un maestro de la ceremonia del té, en el viejo Japón, accidentalmente ofendió a un soldado. Se disculpó rápidamente, pero el impetuoso soldado exigió que el asunto fuera resuelto en un duelo de espada.
El maestro del té, que no tenía experiencia con las espadas, pidió consejo a un amigo, maestro Zen, quien sí tenía la habilidad. Mientras su amigo le servia, el maestro Zen notó cómo el maestro del té realizaba su arte con perfecta concentración y tranquilidad. “Mañana”, dijo el maestro Zen, “cuando se enfrente al soldado, sostenga la espada sobre su cabeza, como si estuviera listo para embestir, y dele la cara con la misma concentración y tranquilidad con las cuales usted realiza la ceremonia del té”.

Al día siguiente, a la hora y lugar acordados para el duelo, el maestro del té siguió este consejo. El soldado, listo para atacar, miró fijamente durante largo tiempo la cara completamente atenta pero tranquila del maestro del té. Finalmente, el soldado bajó su espada, se disculpó por su arrogancia, y se fue sin que un solo golpe fuera dado.

Comentarios

  1. ¡¡¡Excelente!!!te felicito por tu blog lleno de luz...

    maravillosa tradicion zen

    Namasté

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  2. Con el ejemplo ganamos batallas, no es necesario utilizar otras armas

    Gracias Angel, te envio un abrazo desde el corazón

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