En el cielo hindú existe un árbol llamado Kalpataru (o árbol de los deseos). Un cansado viajero llegó por azar y se sentó debajo del árbol. - "Estoy tan hambriento -pensó- que sí hubiera alguien por aquí le pediría comida" En ese momento la comida se materializó delante de el. Cuando hubo comido le entró el sueño, y pensó: -"Sí hubiera una cama aquí..." Y la cama apareció. Pero tumbado en la cama comenzó a pensar: - "¿Que está sucediendo? No veo a nadie, pero la comida y la cama han aparecido. ¡Aquí hay fantasmas!" De repente aparecieron los fantasmas. Entonces se asustó y pensó: -"Ahora me matarán" ¡Y lo mataron! En la vída es igual: Sí piensas en fantasmas, aparecerán. Si piensas en enemigos, los tendrás. Sí piensas en amigos aparecerán. Sí odias, el odio brotará. Sí amas, el amor surgirá a tu alrededor.
Pero cuando es de día empezamos a juzgar
ResponderEliminarUn abrazo Angel
Maravilloso!
ResponderEliminarLas cosas son perfectas tal y como son! Sin interpretaciones posibles, sin espíritu de provecho... todo ya es como tiene que Ser...
Gracias por la perla Angel!
Excelente entrada Angel, gracias y un abrazo.
ResponderEliminarUnsui, Gorka, Delia: Gracias por vuestros comentarios. A mi me pasa lo que dice Unsui, cuando es de día juzgo y categorízo (y cuando es de noche también).
ResponderEliminarUn abrazo a los tres.
¿Quien juzga y categoriza?
ResponderEliminarSupongo que nuestro ego ( el mío es talla XXXL ).
ResponderEliminarUn abrazo, Gorka.
El mío también Angel, pero cada vez me doy más cuenta de sus artimañas...
ResponderEliminarUn abrazo!
Darnos cuenta es haber andado, ya, parte del camino.
ResponderEliminarUn abrazo.