En el cielo hindú existe un árbol llamado Kalpataru (o árbol de los deseos). Un cansado viajero llegó por azar y se sentó debajo del árbol. - "Estoy tan hambriento -pensó- que sí hubiera alguien por aquí le pediría comida" En ese momento la comida se materializó delante de el. Cuando hubo comido le entró el sueño, y pensó: -"Sí hubiera una cama aquí..." Y la cama apareció. Pero tumbado en la cama comenzó a pensar: - "¿Que está sucediendo? No veo a nadie, pero la comida y la cama han aparecido. ¡Aquí hay fantasmas!" De repente aparecieron los fantasmas. Entonces se asustó y pensó: -"Ahora me matarán" ¡Y lo mataron! En la vída es igual: Sí piensas en fantasmas, aparecerán. Si piensas en enemigos, los tendrás. Sí piensas en amigos aparecerán. Sí odias, el odio brotará. Sí amas, el amor surgirá a tu alrededor.
En mis momentos más árduos, más tristes, es cuando acude Santoka a mi puerta. La frecuencia con que se pasea últimamente por aquí me da que pensar. Muchos ánimos y gracias por tu tarea Ángel.
ResponderEliminarYo también tengo mis "momentos Santoka".
EliminarÁnimo también para ti. Me encanta compartir este rincón con todos los que teneis la amabilidad de visitarlo.
Un abrazo.
Cuantas interpretaciones se dan en este bello haiku, cruzas el puente y estás en casa...casa física, casa de luz.
ResponderEliminarUn abrazo Ángel Santoka siempre me llega.
Casa física, casa de luz..., buena observación.
EliminarGracias amiga.
Si... largo puente de ida y vuelta... porque salimos de casa en busca de esa misma casa... ja!!
ResponderEliminarY el circulo se cierra...
EliminarGracias, Gorka.