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Aka-tonbo (Libélula roja).
Por
Ángel Hosshin
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Esta canción escrita por Rofuu Miki en el año 1921 figura entre las cien canciones más amada por los japoneses. La música fué compuesta en 1927 por Kosaku Yamada. Cuando Rofuu tenía cinco años sus padres se separan, la madre se va de la casa y él queda al cuidado de su abuelo paterno. En realidad quien lo cuida es la niñera por quien Rofuu sentía un cariño especial y la consideraba como una buena hermana. En la canción él la recuerda con cariño y nostalgia "Jugo de Neya wa yome ni yuki" (mi hermana se casó a los quince) y también expresa su amargura porque después de que ella se casara no recibe más noticias de su pueblo natal. Casi no tiene recuerdos de su madre por eso expresa ese sentimiento de tristeza y melancolía manifestado en el cielo rojizo de un atardecer de otoño. Kosaku Yamada también pierde a su madre a los diecisiete años, de manera que tanto de la letra como de la melodía se puede sentir una profunda melancolía. Letra de la canción
Esclavos de nosotros mismos.
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Ángel Hosshin
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El árbol...
Por
Ángel Hosshin
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El árbol no niega la sombra ni al leñador. Proverbio hindú. La ética budista recomienda que si uno no es capaz de ayudar, al menos debe procurar que sus actos no sean un impedimento para la felicidad de los demás. Un modo de contribuir al bienestar de los que nos rodean es no complicarles la vida innecesariamente.
Gracias por este espacio, por compartir la Luz del Universo, por invitarnos al Silencio.
ResponderEliminarUn abrazo de corazón,
Feliz 2011, feliz ahora
Pues es una costumbre muy española!!
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Angelina, es un placer. Un abrazo,feliz 2011 y feliz ahora.
ResponderEliminarEfectivamente Unsui, pero creo que las motivaciones son muy diferentes. Como bien sabes en la cultura japonesa (la tradicional) se busca la integración del individuo en el colectivo, el olvidarse de si mismo, el "abandono" de cuerpo y espiritu... Entiendo que el martillazo es puramente educativo.
ResponderEliminarEn nuestro caso, y me gustaría estar equivocado, creo que se debe a pura y simple envidia.
Un abrazo.